En caso de mucho calor constante
El estrés térmico reduce significativamente el consumo de pienso, y eso afecta negativamente al rendimiento de las aves de corral. Por lo tanto, es crucial concentrar las fórmulas alimenticias para ayudar a los animales a cubrir sus necesidades y paliar esta disminución del rendimiento. Las aves de corral se enfrentan a trastornos metabólicos como la inflamación, el estrés oxidativo, alteraciones de la integridad intestinal y el desequilibrio de los parámetros de la sangre.
En el caso de los pollos de engorde y los pavos, las grasas (especialmente los aceites) son una buena forma de satisfacer las necesidades energéticas de los animales, y ayudan a mejorar la palatabilidad para restablecer un aporte adecuado de alimentos.
La concentración de proteínas también es importante para mantener una proporción equilibrada de proteínas/energía y evitar una disminución del rendimiento.
Las ponedoras necesitan un mayor aporte de proteínas para mantener constante la tasa de puesta en condiciones de estrés térmico. En cuanto a la energía, hay que adaptar la estrategia para garantizar un consumo adecuado y ajustar el peso de los huevos en función de los objetivos.
Cualquiera que sea el caso, el aceite siempre es útil para optimizar la ingesta de alimentos y la asimilación de la energía. Sin embargo, hay que procurar limitar la oxidación de las grasas para garantizar la calidad de los productos finales.
Los suplementos de oligoelementos seleccionados, como los metabolitos vegetales secundarios, también ayudan a reducir eficazmente las consecuencias del estrés térmico.
En caso de ola de calor o canícula
Si se produce una ola de calor, una de las estrategias habituales es el ayuno. De lo que se trata es de levantar los comederos o detener la cadena antes y durante las horas de más calor. De este modo se reduce el calor liberado por el consumo del pienso.
Para facilitar su aplicación, hay que procurar:
- Instaurar el ayuno un poco antes de la ola de calor para que se pueda adaptar el comportamiento de los animales
- Adaptar los programas de iluminación para limitar la actividad diurna y garantizar la distribución de las raciones
- Vigilar que se reanuda la alimentación para evitar la compactación
- Estimular la reactivación del consumo (por ejemplo, con hepatoprotectores)