Se ha llevado a cabo un estudio sobre las consecuencias económicas del estrés térmico en 2003 en Estados Unidos (St-Pierre et al., 2003). Se hizo una estimación de las pérdidas económicas anuales totales de los sectores ganaderos. Cabe señalar que estas pérdidas oscilan entre 1690 y 2360 millones de dólares en los Estados Unidos. Las pérdidas corresponden:
- Entre 897 y 1500 millones de dólares a la industria láctea.
- 370 millones de dólares al sector del ganado vacuno.
- Entre 299 y 316 millones de dólares al sector porcino.
- De 128 a 165 millones al sector avícola.
De hecho, existen estimaciones más recientes sobre las pérdidas anuales debidas al estrés térmico. En Estados Unidos, estos importes ascienden a 1500 millones de dólares para la industria láctea. Y casi 1000 millones de dólares para la industria porcina (Pollmann, 2010; Key et Sneeringer, 2014).
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Pérdidas actuales y futuras potencialmente subestimadas
En primer lugar, es probable que estos estudios para cuantificar las consecuencias económicas subestimen las pérdidas actuales y futuras, ya que:
- Estas estimaciones se basan en ambientes templados. Por lo tanto, las pérdidas reales del estrés térmico debido a la exposición prolongada al calor en los climas tropicales son proporcionalmente mayores.
- Estas estimaciones no tienen en cuenta el cambio climático previsto para los próximos años. Además, las pérdidas económicas y de producción causadas por el estrés térmico en la industria láctea están aumentando debido al calentamiento global (Tao et al., 2018).
- Estas estimaciones tienen en cuenta principalmente el impacto cuantitativo sobre la producción. Para saber más, consulte todas nuestras publicaciones científicas).
- Efecto sobre la calidad de los productos (calidad de la carne, la leche y los huevos) y el valor de mercado.
- Transmisión de los efectos a lo largo de la vida a las generaciones siguientes en el caso de los reproductores.
- Aumento de los gastos veterinarios debido a la mayor frecuencia de enfermedades de producción asociadas. Por ejemplo, se sabe que los animales sometidos a estrés térmico son más propensos a desarrollar enfermedades clínicas y subclínicas. Sin embargo, hay una mayor incidencia del síndrome de enteritis en las aves de corral y los cerdos y del deterioro de la salud ruminal de las vacas.
Por último, con el aumento de las temperaturas y la selección genética para promover el rendimiento productivo, las pérdidas económicas serán más pronunciadas en el futuro, lo que obligará a aplicar medidas adecuadas para reducirlas.
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